miércoles, 12 de mayo de 2010

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas

Me hago viejo, todo me hace recordar tiempos pasados. El caso es que el efecto del recuerdo es hacerme sentir más joven.
Hace un par de días leí un articulito de Almudena Grandes que acababa así:
"Si algún día caigo fulminada en plena calle con un bebé entre los brazos, siempre se lo confiaré antes a un sindicalista griego que a un financiero anglosajón. Vivirá peor, pero su espíritu permanecerá a salvo de la despiadada crueldad de los cínicos"
El mismo día estuve chateando con un compañero que vive en Atenas y me recordó que nuestro futuro está allí, en Grecia, que el experimento del gran capital para mantener el estado de las cosas, para seguir ganando dinero con la inmensa burbuja financiera pasa allí y ahora, que sus derechos son nuestros derechos.
Y es que el dinero en transacciones financieras se multiplica por tres o por cuatro con beneficios para los que venden, pero sin ninguna base real. La presentación sin firma explica todo esto bastante bien (y da buena bibliografía):
Cuando leía esta mañana las quejas, fundadas quejas, de los trabajadores de la administración pública a los que sigo en las redes por el recorte salarial me acordaba de la frase atribuida (erróneamente según he sabido al buscarla) a Brecht. El poema completo es este:
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemocrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemoller (*1892 - †1984) Pastor protestante alemán.

Esperemos que a Pablo, a Jordi, a Aníbal y compañía no les pase como a Tony Musulin que, al parecer, decidió llevarse el furgón blindado cuando le bajaron el sueldo.
Quizá sea mejor para todos recordar esta frase que sí es de Bertolt Brecht: 
Loa de la Duda: No aceptes lo habitual como cosa natural pues en tiempos de desorden sangriento, de confusion organizada, de arbitrariedad conciente, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar.
O sea, seamos como los sindicalistas griegos, o como los españoles si vamos a eso. Son tiempos de lucha y la lucha rejuvenece. 

No hay comentarios: